sábado, 21 de enero de 2012

y Juancito me dijo.


Hace cuatro años un conocido muy querido me dio este consejo:
“ Te acordás el consejo para las entrevistas laborales? Bueno vamos a hacerlo extensivo: antes de pensar en esos rollos que te amargan tanto, contá hasta 3 (si querés en voz alta, justamente para no pensar en nada).
La mareíta más brava es la interna, y esa te ahoga a vos nada más.”
Te quiero mucho.

Que razón tenía al decir que la mareíta (en referencia a un mar de pensamientos y palabras) es la que  masbrava es y en la que uno puede ahogarse. 
Conocí hace bastante a este personaje que conforme paso el tiempo se volvió mas y mas importante. No por las acciones si no por los consejos que en veces caían demasiado pesados.
Hoy recordando alguna de sus palabras, me hizo extrañarle tanto.
Que raro es eso de los amigos, esos que no siguen con uno, si no que se pierden en los caminos. Es tan fuerte en momentos y luego sin nada se disuelve más rápido que lo que tardo hacerse.  Donde quedaron todos aquellos que conocimos?, caminamos las calles y podemos pasar toda una vida sin volver a coincidir con ellos. Están también los que alguna veces fueron íntimos y en un segundo se vuelven externos, extraños y solo los saludamos algún domingo que les encontramos caminando.
Ah donde se va todo ese sentimiento?  Quizás sea que es un sentimiento con fecha de caducidad.  Sin duda verdadero pero perecedero.
A donde va la preocupación que teníamos el uno por el otro?, las sonrisas que nos compartimos, que nos dimos.
Lo bueno de tener una mente es que se guarda el recuerdo ahí, viviremos juntos todos, ahí compartiremos risas y seremos a fines por siempre. Al menos hasta que las cosas primordiales de nuestra vida, nos quite de la remembranza y nos arroje por otros caminos.

viernes, 20 de enero de 2012

El camino del viejo


“He pasado la vida contando nubes viejas, nubes pesadas, nubes desnudas y algunas nubes solitarias”.


La mirada al cielo se pierde y se desconcierta.
Porque comencé a odiar la vida y el significado de esta, y recriminándose a su propio eco, el viejo da la vuelta. Y yo que lo sigo por mera coincidencia (al voltear la esquina sin animo de que así fuera). Caminamos los mismos pasos, el ya tambaleante, yo un paso perdido, yo camino para no encontrarme en sus pasos y el para despedirse de los que alguna vez hizo. Así pues voy escuchando el reproche que se da a si mismo en voz tan baja que casi pareciera que lo piensa. Me desespero,  miro a los arboles y al cielo por no mirar la figura que se va desvaneciendo, por no mirar al joven que se hizo viejo, por no mirarme en el.  Respira hondo como si quisiera atragantarse de los años que se le han ido. Me alejo del viejo y él se aleja de la vida.
Dos minutos después con cada uno de los segundos el viejo tropieza. Mi primer pensamiento es irle ayudar, mis piernas no responden, mi vista lo sigue y simula perderse. Me detengo en una lucha de razonamientos, no me muevo; ¡no me muevo!, ¿porque  no me muevo?
 Cuando por fin mis piernas parecen despegarse de sus pretextos, cruzo y trato de socorrer al viejo, otro mas le esta ayudando, sus piernas se movieron primero, su razón y su corazón también. Trato de ayudar pero se me expulsa como si antes se hubiese visto que me paralizo el hacerlo o no. Solo atino a alcanzar la bolsa que el viejo traía en la mano. Entre palmadas se revela el espíritu que no quiere ayuda alguna. Todos le ven pero solo dos le ayudan. Mentira solo uno, el otro soy yo. Y me muevo tan despacio que pareciera no hacerlo. Acaso los demás también se mueven a una velocidad tan apacible que parecen no hacerlo.  
El viejo, se enoja y nos dice cosas, no atino atenderle. Solo escucho una del joven, abuelo. Y  el abuelo entonces pasa de ser un viejo a ser un familiar, aunque no es por sangre, ni por ser conocido sino por empatía.
El abuelo se para, me arrebata la bolsa y se mete a la tienda, el joven sigue sus paso y me agradece en forma rápida, adentro alguien mas le dice papa. La bolsa entonces se abre y muchos infantes que están dentro del local, gritan por un dulce que el abuelo ha traído.
Quiero desaparecer mi culpa cruzando la calle lo mas rápido posible, pero el transito me lo impide. El abuelo con sus años, con su fragilidad todavía piensa en los demás. Porque no me moví,  sigo pensando, porque no corrí, que hizo que no me diera gana de ayudar. Todavía no lo se. Todavía no se porque los demás no se movieron, tampoco importa que de no ser su abuelo el joven se habría movido, no se, duele. Duele crecer, duele envejecer, duele dejar uno de vivir algún día. Me pregunto nos dolió nacer, también nacer fue una confusión  y existió ese miedo de no saber que venia.

viernes, 13 de enero de 2012

Cúmulo

Hace mucho que no escribo y se me van acumulando los pensamientos.
Hace unas horas me quede en pleno sueño. En el sueño estaba soñando, y aunque suene risible fue algo menos afable. En ese sueño que soñé, en el que estaba soñando me veía tratando de despertar, pero no podía moverme, no podía, sin embargo mi conciencia me decía que me levantase que con solo mover un dedo un solo dedo me levantaría, y me esforzaba por despertar del sueño  pero no podía, y sabia que con solo mover un dedo lo haría.  Entonces en la lucha de quererlo y no poderlo. Lograba finalmente moverme pero no me despertaba. De nada había servido, poco a poco me invadía de nuevo el pesar del sueño. Un sueño sin movimiento. Y hacia otro esfuerzo por mover mi brazo y se movía pero no me despertaba del sueño, aunque quería hacerlo. Finalmente fue tanto el enojo, la impotencia de no poder despertar, que me desperté del sueño de soñar. Me desperté pensado que muchas veces la vida era de esa forma que aunque sabíamos que el resultados de nuestros esfuerzos debe ser el éxito, muchas ocasiones no es asi. Y que volvemos al principio de donde estábamos tratando de alcanzar una verdad o una felicidad inalcanzable. No será que estaremos ambicionando mas de lo que realmente necesitamos en que punto somos mediocres o conformistas y en que punto pasamos de lo viable para nosotros. No para el mundo porque esta claro que existen aquellos capaces de volar como lo hacia Michael Jordan pero existimos en el mundo muchos que apenas pasamos el 1.52 y nuestras capacidades son mucho pero muy por debajo de cualquier loable esfuerzo que ejecutemos.
Este año llego con la desesperanza de estar cargando los años anteriores, o será simplemente la falta de ocupación real o el compromiso de los estudios que estar por comenzar lo que aviva el desencanto. Sea como fuere, siempre se agradece estar vivo.